Gotas de lluvia y una ráfaga de sol en la ventana. Rosas con pétalos de limón en la mesa. Mi hijo me alcanza una crayola y me pide que le dibuje una pera. Suena un tema de Armin van Buuren. Me pongo a cocinar una pasta. Mi hijo se resbala, se golpea la boca y se abre el labio. Llora mucho. Lo contengo con un trozo de algodón que se va tiñendo de rojo. Me contengo para no llora. Respiro hondo para estar entera, a su lado.
Un baño con el pato de goma es su mejor consuelo.
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