Un barco se desliza sobre el canal.
Gente fuera y dentro del café moviéndose
como si los estuviera soñando.
Un sueño y un despertar del color de las uvas.
Un sueño y un despertar del color de las uvas.
Los primeros vientos de la primavera.
Y nosotros tres mirando por la ventana del café.
La tibieza de la tarde, los minutos que se escurren y nos unen,
La tibieza de la tarde, los minutos que se escurren y nos unen,
las miradas que nos tocan y se van, las voces que se entremezclan
como olas de mar, los tranvías que no dejan de pasar,
la calidez de estar juntos, antes de despedirnos.
No sé bien porqué, y no tendrá nada que ver, pero tú texto me hizo acordar a Le Moulin de la Galette, el cuadro de Renoir. Cosas de viejo, seguramente. Hermoso paisaje pintaste. Un beso Alberto
ResponderBorrarAlberto, querido! Muchas gracias por pasar por la Lupa, leer, y comentar. Lo aprecio de corazón.
ResponderBorrarMe encanta Renoir. Es un honor que hayas hecho esta asociación.
Abrazo grande, Alejandra