Recién se asoman los primeros brotes. Llegó el tiempo de los narcisos y los tulipanes. Un invierno más enterrado, un cielo desbordado de primavera azul, Fabrizio en el cochecito, la mochila en la espalda y rueda que te rueda caminos de piedra, puentes, canales, cerezos en flor. Llegamos a Doelenplein y una escultura nueva nos dio vuelta el mundo. Wan Li Ya plantó una lámpara gigante en la explanada. Detrás de ella apareció el conejo de Alicia, miró su reloj y nos dio la hora. Cuando quisimos regresar a casa, se nos desdibujó el camino.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario