miércoles, 22 de noviembre de 2017

en la Estación/preparativos


Aquí estoy. En medio de la noche. En medio de los preparativos de la presentación del poemario y las andanzas cotidianas. Estos poemas recorren lugares que me habitan en silencio. Son espacios en estaciones diferentes, momentos de encuentros y despedidas, miradas que aún soplan mariposas azules, personas de hoy, personas de ayer, cada cuál en su tren, en su danza y en su ritmo cotidiano. Los poemas son recuerdos, imágenes, sueños que de algún modo se han quedado conmigo bordeando la memoria, como quien no se anima a retirarse del todo. No hay nada como escribir para “retener” lo que no quiero olvidar. Escribo y también me libero de lo que me incomoda, de lo que me duele y le roba aire al presente. Aunque el tiempo desgasta páginas poniéndolas amarillas, borra palabras escritas en la orilla del mar, deja sus huellas en cualquier cosa que tenga un cuerpo y respire, aunque el tiempo me lleve un día hasta su punto infinito, no me arrepiento y persisto. Transpiro y confieso, confieso y comparto en cada una de mis letras, mi frágil condición humana. Respiro, camino, me pierdo y me encuentro, me peleo y me reconcilio en cada instancia que late en su hora. Le saco jugo a cada letra a fuerza de pulmón,  con la esperanza de quedar resonando en algún oído, en alguna parte donde las voces poéticas perduren, y resistan la aspereza de la indiferencia que es más dura que las piedras. 

sábado, 18 de noviembre de 2017

fragmento/ en la estación


                                                 Fotografías: Fernanda Montoro
                                Diseño gráfico: Maria Esther Morales

 los relojes del norte
 se quiebran
 como hielo

la luna
nos ilumina
en silencio

me miro
en ella
como en un espejo

un barco 
en el puerto
atraviesa un sol intenso;

imagen que se proyecta 
en una pantalla 
de la estación

una pausa en Rotterdam

un café en la estación
un tren de juguete 
a medio camino

la memoria
fluye
como un río

los recuerdos
vuelven y ruegan
que los deje partir

algunos abrazan, otros golpean

el tiempo
se vuelve
caracola de mar

el sombrero del abuelo
lleno
de nísperos

la corteza de un árbol
y las historias
de la abuela

el susurro
de las chicharras
a la hora de la siesta

el sol sobre la piel de los duraznos


alejandra darriulat