miércoles, 28 de febrero de 2018

espacios para la poesía


Café y nieve por la mañana, de camino al centro, en busca de un espacio para presentar el poemario en Delft. Me acerco a los cafés y pregunto: ¿Podemos presentar un libro de poesía? Cuando digo poesía, a veces la gente se queda pensando, como si hubiera pronunciado la palabra más rara del mundo. Algunos se quedan con la mirada suspendida en la resonancia de las últimas letras y la boca entreabierta, indagando en la memoria algo perdido. Entiendo que los poetas “no somos redituables” para casi ningún café. Pero no me rindo y sigo buscando espacios donde podamos respirar poesía. Persisto y confío en la hora en que florece el milagro.