miércoles, 24 de diciembre de 2014

otoño 2014


Hojas secas se deshacen en las manos de Fabrizio. Una manta de otoño cubre su peluche favorito; un pequeño puercoespín. Todavía me cuesta asociar este mes del año con la caída de las hojas. Para mí setiembre era tiempo de cometas, de flores asomándose en los jardines del sur. El otoño holandés también tiene su magia. Esos bosques de árboles desnudos, tupidos de hojas a sus pies, me inspiran despojamiento, transformaciones, esa esencia poética que tiene la naturaleza y que tanto me estimula a escribir. Hoy, 3/9/14/, sucedió lo que tenía que suceder: La abuela Maat se despidió de nosotros. Ahora su espíritu baila entre las hojas.

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