martes, 26 de abril de 2011

diario VI

Me desperté temprano a la mañana. Chris ya se había ido a trabajar pero algo me decía que no estaba sola; me levanté y fui a desayunar. El resplandor del sol acariciaba el respaldo de una silla que me invitaba a sentarme. Sobre la mesa había una nota suya, llena de corazones azules.

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